Como estamos que antes se construían muñecas parecidas a las personas
y ahora intentamos construir personas parecidas a las muñecas.
Nos convertimos en una gran industria que vende en serie,
ensambles adheribles a nosotros para re inventarnos, re hacernos.
Queremos volver al día de la creación y modificar nuestro cuerpo,
el exterior, lo vacío, lo vano, el que tiene fecha de vencimiento.
Todos modifican lo que ven los ojos, nos estamos olvidando de de modificar,
el corazón. Los sentimientos, los remordimientos, aumentar el amor.
Nos perdemos mirando, hablando, hasta riendo.
Nos olvidamos del escuchar, del centro de todo, de la humanidad.
Las personas, olvidadas quedaron, en el catálogo del mes anterior.
Las muñecas están de moda, plástico por doquier, un poco más aquí,
un poco menos allá, igual a ese maniquí.
Si dicen que en la moda todo vuelve, conservo esperanza,
que de esta caja, me liberen, y regresen, los pensamientos,
sobre como la persona, es lo más bello, e inmejorable,
que la naturaleza alguna vez creó. A la gente le gusta jugar a ser Dios,
otra hermosa cualidad, la obstinación, la soberbia,
recordemos que la base de todo, es que respiramos, y tenemos
todo lo que necesitamos, para vivir.
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