viernes, 13 de noviembre de 2009


Capítulo 2: Una segunda oportunidad.

En el viaje de vuelta a mi casa, en subte, me di cuenta que volví a pensar en el tan recurrentemente como antes, en la escuela. No puede ser que un choque con una persona, cambie tan drásticamente tu forma de ser y de vivir. Siento que volví a ser esa adolescente de quince años, con sus miedos, sus sueños e ilusiones. Volví a pensar en esas misteriosas casualidades de la vida, como lo es el hecho de chocarte con una persona que nunca pudiste olvidar y a cinco días de tu cumpleaños. Acaso, ¿Es un regalo que me dio la vida? ¿Una segunda oportunidad?
Llegué a mi casa exhausta a eso de las nueve y media de la noche. Mi mamá estaba terminando de cocinar un delicioso pollo al horno con papas. Abrí la puerta, la salude, y dejé mis cosas en la pieza. Sin parar de sonreír.
-¿Qué te paso hoy?- me preguntó mi mama con cara de pícara.
-Nada.- sonreí intentando tapar mi sonrisa.- solamente me choqué con un viejo amigo de la secundaria.
-Ah, hace mucho que no te veía tan feliz. ¿Y que mas pasó? –
-Nada, fuimos a tomar un café para hablar de todo lo que no hablamos estos dos años. Nada importante. ¿Te ayudo a poner la mesa?-
-Si claro, avisáme si aparece mi nuevo nuero.- me dijo al irse para la cocina.
- No aparece, siempre estuvo y siempre fue él. Aunque sea dentro de mi corazón, siempre fue él y solo él.-susurré sin intención de que mi mamá escuchara, pero recordé que él quería venir a mi cumpleaños y le dije- Quiere venir el domingo, dice que en mi cumpleaños le habían dado la bienvenida a la familia.
Ella sorprendida me dice- Ah, ahora entendí porque tanta felicidad. Es ese chico del que siempre me hablabas. Tus cuñados van a estar felices de tener otro hombre para conversar.-
-Pero, no es mi novio. Solo fuimos a tomar un café y a hablar.- me sobresalté.
-Todavía, si la vida los hizo volver a verse, ¿Quién te dice que no pasará?- dijo con intención burlona y yéndose hacia la cocina.
“Ojala pase”, -pensaba.- “La vida realmente cumple nuestros sueños cuando menos lo esperamos”. En fin, comencé a poner los platos, los vasos, los cubiertos y las bebidas en la mesa. Corté servilletas y las doblé, poniendo cada una cuidadosamente dentro de cada vaso. No se porque le daba tanta importancia a la decoración de la mesa. Hacía años que no me importaban esas cosas. Mi papá lo notó, pero solo hizo un gesto con las cejas.
Después de comer, comencé a hacer los deberes de mi primera clase. Tenía que escribir una clase de auto presentación para leer en frente de todos la próxima semana. Ésta debía ser una obra de teatro o un cuento, y tenia que incluir en ella las personas más importantes para mí. Elegí hacerlo en forma de cuento. Hubiera sido más fácil si una persona que era casi la más importante para mí, no habría desaparecido dos años y luego aparecido en mi vida tan de la nada. Me complicó la tarea. Pero no podía negar que encontrármelo solo había traído alegría y algo de diversión a mis días comunes y aburridos.
Me tomó toda la noche pero la terminé. Quedó muy bien a mi criterio.
Al acostarme lo primero que hice fue juntar mis manos y rezar. Si, rezar. Necesitaba agradecerle a alguien esta experiencia, y no solo agradecí eso, me empecé a dar cuenta muchas cosas hermosas que me rodeaban. Luego de mi oración de agradecimiento, pude dormir muy relajadamente. Creo que no había superado aún la tristeza que sentía desde aquel día que me despedí de él. No soñé nada, pero dormí mucho. No me importaba no haber soñado nada, recordé que cuando estaba él cerca, la realidad podía ser mejor que la fantasía.
Me despertó mi sobrinito Ignacio, que venía de visita. Hace unos pocos meses cumplió 3 años. Es muy adorable pero como todo nene, tiene sus rebeldías. Más aún cuando se junta con sus primitos. Aunque me hagan enojar, se que me quieren y que los quiero aún más.
A veces no queremos aceptar muchas cosas de la vida, una de ellas es que, para ser totalmente feliz. Se necesita a la familia, sea como sea, es algo crucial para la felicidad. Siempre hay que llevarse bien con la familia, porque la sangre no cambia, y no se puede cambiar a la familia. Además, ninguna familia es tan mala. Todos tuvimos buenos y malos días, gente que queremos mucho y otra gente que no queremos tanto, dentro de la familia, pero a todos sus miembros se los quiere, aunque sea bien profundo en el corazón. Una persona en algún momento de su vida, está agradecido de la familia que le tocó.
Hablando de familias, recuerdo que yo estaba tan obsesionada con él que había hasta dibujado mi familia perfecta, mejor dicho “nuestra” familia perfecta. Cada detalle cuidadosamente calculado. Luego de encontrármelo, me volví loca revolviendo mis papeles de la secundaria buscando un papel donde tenía anotado y dibujado cada cosa de esta familia perfecta. Busqué en mis viejas mochilas, cartucheras y carpetas. Y lo encontré, no voy a negar que una o dos, quizás tres lágrimas rodaron por mis mejillas. Quedé sorprendida de que mis pensamientos no hayan cambiado, por ahí cambiaría algún nombre, pero el resto era muy preciso. Volví a pensar y volar por esos sueños locos de toda adolescente, esos que parecen imposibles pero que nos hacen ilusionar. Siempre tuve miedo de intentar lograr un sueño loco, cuando lo conocí a él fue la primera vez que lograba poder saludar normalmente a una persona por la que sintiera algo mas que una amistad. Esa fue una de las razones de porque no me pude olvidar de él, la vida al conocerlo comenzó a ser tan diferente de cómo la veía… no podía creer lo que me pasaba, no podía definir bien, porque no había palabras que me sirvieran para describir los nervios y la repentina confusión que llegaban de la nada, solo con verlo. Ahora pensando con la madurez de mi edad, esos acontecimientos los comparo como cuando uno esta enfermo, siente dolor y confusión, pero debe ir a un médico al que le describe como pueda lo que siente, éste le puede decir bien que enfermedad es y cómo se puede sanar. El amor parece una enfermedad, que si es correspondido trae una alegría incomparable, pero cuando no es correspondido, trae un dolor que lamentablemente también es incomparable. Y ahora es cuando me pregunto, ¿Una persona puede morir de amor?, no lo dudo, eh escuchado muchísimos casos cuando una pareja se ah peleado, o cuando novios que rompen su relación, que muchos recurren al suicidio. Cuando una persona esta comenzando a amar, debe saber que no es fácil, es una batalla muy fuerte del corazón con la razón. Debe tener en cuenta que si tiene miedo de amar, por el dolor que puede sufrir, que lo intente igual porque no sabe la felicidad que puede sentir. Todo el mundo tiene miedo, pero todo el mundo alguna vez amó a alguien, no es necesario que sea amor de pareja, cualquier persona ama a un hermano o hermana, amamos a muchísimas personas y por ahí no nos damos cuenta.
Yo no soy una persona muy fuerte, pero no moriría por amor. Creo que los que tienen más valor, no serían los que optarían por acabar con el sufrimiento así. Los más valientes serían los que amaron, sufrieron, y que aunque quedaron marcados siguen dispuestos a abrir su corazón nuevamente a otra persona.
Otra pregunta que da vueltas en mi cabeza seria, ¿No hay una cura para el amor? A quien no le gustaría al sufrir por un amor, llamar a un médico que le recete un jarabe para olvidar, que le borre automáticamente la tristeza y los recuerdos que le traigan melancolía. Supongo que la ciencia no entiende a los sentimientos. Las ciencias estudian lo exterior de las cosas, lo visible, la parte física. Aunque lo que uno mas sufre, es cuando algo lastima sus sentimientos, su corazón. El dolor físico casi seguramente tiene cura, depende la enfermedad que sea. Pero con los dolores sentimentales, nadie te ayuda, sos vos y tu fuerza interior contra ello. Un abrazo de un amigo, un consejo de alguna persona cercana y apoyo de tu familia, ayudan a superar los dolores, pero si uno no quiere sentirse bien y mejor, nada lo puede ayudar. El amor no es el único sentimiento fuerte, si el más fuerte, a mi punto de vista. Pero un sentimiento importante es la amistad. Todos tenemos amigos a los cuales amamos. Si nos fijamos, el amor siempre esta con la amistad. Uno al amar a alguien, en cierto modo tiene una relación de amistad. Cuando pasa algo maravilloso con un amor, lo primero que hacemos es ir corriendo a contarle a las amigas y expresarles como nos sentimos. Son campos que no conocemos, nadie puede decir que algo es totalmente cierto y que no. Son asuntos del corazón, como dije, la razón no entiende de esos asuntos. Hay cosas que no se pueden pensar, sino sentir.
Aplicando a la situación que viví recientemente, no estoy pensando que la vida lo puso de nuevo en mi camino, sino que lo siento. Porque para la razón eso sería ilógico, hay veces que lo que dice el corazón es más importante que lo que dice la razón, depende de cada persona a quién escucha.
Me asomé a la ventana, hoy es primavera. A mi mente viene la típica frase de, “el amor esta en el aire”. No puede ser que la palabra “amor”, no salga de mi cabeza ni por un segundo. Definitivamente estaba enferma, y esta enfermedad no tiene cura. ¿Soy lo suficientemente fuerte para vivir con esta enfermedad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario