Lo único sobre lo que nunca pude tener dudas
es mi amor hacia el arte.
Esas maravillas visuales, escritas, plasmadas en el espacio o el papel,
recordandonos constantemente esa pizca de inocencia presente en cada ser,
esos sentimientos innegables que muchos se esfuerzan por esconder,
esa magia.
El arte para mí, es la savia de la vida humana.
Antes pensaba que era el amor, pero el arte lo abarca todo.
Ahora pienso que el amor hace un mejor arte, uno más sincero y valioso.
Pero eso es realmente el núcleo de todo. Lo que más vale, por lo que hay que luchar.
Para lo que hay que aprender, de afuera y de adentro de uno mismo.
La salvación de la humanidad, radica en el arte, es lo único que prevalece,
es lo único que puede hacer resurgir al alma que tan poco veo cotidianamente.
Mi arte, quiero que transmita eso; Inocencia, amor, sueños, salvación, curación.
Estudio para buscar la mejor manera de lograr mover estos sentimientos a un plano visual.
Estudio para salvar mi alma y cualquier otra.
Estudio para enfocar mi amor, hacia algo que no traiciona,
hacia lo que prevalece,
hacia una extensión de mí misma que está fuera de mi ser y a su vez se convierte en posesión ajena.
Ese es mi objetivo.
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