miércoles, 1 de octubre de 2014
No apta actualmente para hablar del tema
"Una espada, de oro fundido con verdad, se precipitó y dividió al príncipe oscuro por la mitad. Lentamente, desde la cabeza hacia los pies. Y ante la sorpresa de todos los presentes en ese eterno instante... Ningún desfile de órganos se desarrolló. De su cobertura, de su belleza, de su cascarón recién abierto... Solamente salieron tinieblas, una enorme nube de polvo, una noche oscura sin luna, escoltada por un tornado de estrellas apagadas que se alejaban en el horizonte.
Una ráfaga de vacío se cernió sobre la princesa blanca ante lo ocurrido. Se sentía llena de nada, cuestionando toda realidad, repreguntándose cada certeza que tenía sobre ese príncipe de ensueño, luego de tantas tretas, allí se hallaba, como un envoltorio de desgarros, solo un envoltorio. Todo era una ilusión. Siempre había sido una ilusión, toda mirada que amó, toda sonrisa.
Un fuerte crujido como un trueno se oyó. Y todos, al voltear hacia la princesa que ahora estaba de cuclillas, la vieron, con las manos, tratando de cubrirse el corazón. "
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario