sábado, 26 de enero de 2013

A villa de leyva nomás.

Soy humana, no permanezco omnipotente,
no poseo una fuerza sobrenatural,
suelen atacarme los momentos donde todo tiembla,
donde la soga por donde he estado haciendo equilibrio,
se corta. Y caigo en un pozo de comprensión,
donde me encuentro sola, pero a la vez no.
Es una soledad compartida, a veces dejo entrar alguien,
a veces, como cuando escribo, no me lo permito.

No es gracioso tener un alma lo suficientemente sensible,
como para notar cuando el sol quema,
o cuando el hielo se empieza a sentir, en tu corazón,
o en el corazón del resto.
No es fácil decepcionarse de las personas,
solamente me es fácil explicarlo, describirlo.

Pareciera como que cada persona en mi vida,
intenta decepcionarme, intenta derrocarme,
solamente tratan y tratan de hacer su mejor esfuerzo,
para salir de mi entorno como sea.
No ato a nadie, que permanezca el que desee,
el que sueñe, el que se esfuerce por estar.

No voy a dar mi compañía por sentado,
no todos se merecen obtener de arriba,
mi punto de vista minucioso, estricto, romántico,
de su vida y de la mía, y de la vida que todos vivimos.

No es porque nadie se merezca el privilegio,
sino que, siendo pobre de alma,
nunca lo entenderían, aunque intente explicarlo.


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