lunes, 12 de octubre de 2015

Y los lugares donde sus besos insistían, brillan hoy con aires de santidad.
No puedo enderezar mi mente para escribir,
solamente se que lo quiero volver a ver, lo más rápido posible, lo más extenso.
Sus ojos celestes que me sonríen, y su abrazo que me cobija de todo el mal del mundo.
Quiero verlo y decirle lo mucho que me gusta; quiero apretarlo fuerte, como si se uniera a mi cuerpo.
Me muero por él. Y no quiero suicidar mi optimismo por amor otra vez.

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