lunes, 13 de abril de 2015

No hay certezas, siempre hay olvido



Ahora que mis caminos cambian y mis laberintos se transforman en otros laberintos.
Donde las salidas son distintas de las que alguna vez crucé,
donde los miedos también, son distintos.
La emoción de la vida debe radicar en eso, en el constante cambio,
en que no existe certeza;
Y sobre todo el saber que a la vuelta de la esquina, te pueden romper el corazón,
o la cabeza. Donde la vida es tan frágil, y uno vive caminando sobre la cuerda floja.
Si no tenes ningún problema físico, los mentales te agobian, las penas,
las culpas, el sentimiento de que se vive en el olvido y el olvido es siempre el fin del camino,
sin importar que camino se transite.
Odio esa palabra, "olvido", como agujero negro amenazó siempre mi existencia.
Siempre se llevó todas mis vivencias,
y mis amores, o desamores.
Siempre es mi miedo más grande, y mi realidad más dura.
Todos saben lo que es el olvido, todos lo practican,
yo atónita los miro, y los lloro, porque no soy olvido,
soy toda recuerdos, y es todo lo que me queda,
el peso de ser la única portadora de las vivencias que otro olvidó,
para que no sean en vano, para que no se vayan hacia ese agujero negro,
que lo absorve todo, y si absorve lo que hice, también lo que fui,
y algo de lo que soy. De lo que hicimos, fuimos, somos.
De vos, lo que hiciste, lo que no fuimos, lo que no somos.

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