Malditos los caminos que trajeron a éste príncipe a mi vida
No todas se encuentran con un verdadero profesional en romper corazones.
Él error clave fue amarlo a él más de lo que se amaba a sí misma.
O la encrucijada es, si no se amaba tanto a sí misma, que sabía
que él era quién la podía hacer feliz como ninguno.
Que pena que se equivocaba.
Nadie nunca la hizo más miserable, no así.
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