sábado, 20 de diciembre de 2014

Nube = Vida



Siento que fuí en esta vida dos personas totalmente diferentes.
La niña feliz, romántica, soñadora, y que creía en la gente y en el destino, que creía en vos, que creía en lo que veían sus ojos y lo que sus presentimientos le decían.
Y después, de que tu gota derramara el vaso de la decepción. Se convirtió en una mujer, solitaria, que no cree en palabra alguna que salga de otras bocas, ni siquiera las que salgan de la suya propia. Esta mujer, ahora no necesita a nadie, puede prescindir de cualquiera. Los golpes le enseñaron eso, otra ausencia es como otro moretón, que más da. Presencia, ausencia, todo es subjetivo. ¿Alguien puede decir cuando una persona realmente está presente? La vida está construída de pequeños e insignificantes trozos, denominados momentos, y nadie puede estar presente en todos, y cada uno se preocupa de sus insignificantes momentos, de su insignificante vida que luego de disiparse en el aire del tiempo del mundo, no será absolutamente nada, y pasará por delante de muchos ojos y de muchos caminos, tal como pasa una nube lejana en el cielo. Muchos dirán que bella, otros pensarán que es de tormenta, y habrá también aquellos que no le den importancia, eso es la vida, para esta nueva mujer. Vapor, paisaje, algo que se admira, se ignora o causa repulsión, pero cuando uno se da cuenta ya se fue, más allá del bien o del mal, más allá de quien la vio o no pasar. ¿Qué sentido tiene? ¿Qué sentido tiene todo?

Uno esta solo, en su vida, creando su nube, volando mientras se pueda. Todos se auto endulzan, diciéndose a sí mismos que la compañía existe, que el amor existe... Yo era una de ellos. Los otros solo son otras nubes que pasan delante de nuestros ojos, a veces alivian nuestra sequía, otras veces... nos dan un diluvio, nos innundan, otras, tan solo pasan para ser admiradas y quedar en nuestra retina. Pero todas se van, y así tiene que ser, cada quién debe seguir su propio camino y buscar el sentido a su viaje que dependa de sí mismo y nadie más. Por el simple hecho de que nadie te puede dar garantía de permanecer siempre, y si lo hace, estaría mintiendo. No se puede, las personas en el rumbo de su vida cambian hasta de Dios, y uno pretende que no lo cambien, uno pretende que lo amen de forma única, uno lo pretende todo y como el otro también es humano solo le entrega más pretensiones. Es un juego donde no se puede ganar. Por eso esta nueva mujer, tiene el concepto nuevo, de cruzarse con otras nubes, provocar una suerte de intercambio de intereses, dar y recibir, lo que haga falta, por el tiempo que eso funcione y luego marcharse.

Las nubes se dirigen con el viento, nunca frenan, y en algún momento, continúan su ciclo en otro estado. Mi nube.

Mi esponjosa, solitaria, desordenada y egoísta nube, de algún modo, me hace sentir libre.

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