- Imagina un objetivo o un sueño que tengas bien guardado en tu corazón, ese casi imposible, e inalcanzable. ¿Lo tenés? Bien, ahora imaginá una puerta la cual resguarda tu sueño y es la que está entre éste y vos, solo esa puerta. Puede ser una puerta de madera normal y fácil o una puerta súper blindada, según que tan difícil consideres dicho objetivo. En este momento de frustración, donde estás parado ahi frente a lo que te impide cumplir dicho anhelo, intentas de manera fallida abrir esta puerta, cuando te das cuenta que está con llave, te encontras más decepcionado. ¿Estás a punto de rendirte o este deseo te provoca ganas de pelear por ello? Imaginá una llave, tu llave maestra, la que por fin abriría ese portal hacia tu dicha. No la tenes, pues si la tuvieras, ya estarías abrazando eso que tanto queres. Entonces finalmente es cuando te preguntas, ¿En qué estaría materializada esa llave? ¿Qué es lo que te ayudaría a llegar a tu deseo? ¿ Es entusiasmo? ¿Es una persona? ¿Es esfuerzo? ¿Depende solo de vos?-
¡Eureka! Estás frente a lo que te impide llegar a tu sueño y ya sabes donde encontrar la clave para lograrlo. ¿Vale la pena pelear por esa llave? ¿Tu sueño es lo suficientemente importante para buscar esa llave hasta el fin del mundo? Si tus respuestas son afirmativas, anda, viví, peleá; buscá eso que te hace feliz porque nadie va a hacerlo por vos.
Si llegaras a fallar, si no fue lo suficientemente fuerte tu objetivo como para mantenerte en el entusiasmo de conseguirlo.. Siempre habrá otras puertas, con otras llaves. Pero las llaves mejor ocultas, son las que abren las mejores puertas, hacia los sueños mas grandes.
El punto es que, "a veces nos convertimos en expertos, en sabotear nuestra propia felicidad. "
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