Y el mundo hoy está lleno de fantasmas para mí,
fantasmas de personas vivas, de sentimientos pasados,
de otros momentos.
Son fantasmas, me dan miedo,
no los puedo ver a los ojos y hasta deseo,
a veces, que usaran sabanas para no verlos.
¿Como seguir caminando cuando el pasado,
atado a mis tobillos pesa, aletarga el paso,
y desgarra el alma?
No quiero seguir por el sendero,
prefiero frenar y tomar un refresco con ellos,
ahí, al costado del camino, donde el tiempo no pasa.
Donde el verte era bueno,
me halagabas el vestido, y me hacias cumplidos.
¿Esto es el destino? ¿O sos vos el que jugó siempre conmigo?
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