Una persona asume que los mejores momentos de su vida sólo permanecen en el corazón. En muy pocas situaciones importantes alguien tiene una cámara ensima, y aunque así sea, una imagen impresa no alcanza. Porque allí no entran los sentimientos, la emoción, el latido acelerado del corazón, en un papel no entran, ni en un blog, ni en una foto, ni en varias. La sensación de tocar la nieve por primera vez. El frío del viento sobre la montaña. Ver a todas las personas que conoces de memoria sonreir a la vez. Abrazar a esas personas susurrando el te quiero que nunca te animaste a decir, y llorar. La sensación de sentir que el tiempo pasa y ni 60 corazones juntos pueden frenarlo. La fuerza que provoca que justamente 60 corazones esten exaltados a la vez. Sentir que la vida es una fiesta, que de verdad tenes gente al lado que si está. Reír, bailar, llorar, saltar, gritar hasta quedarse sin voz, salir hacia la nieve tantas veces hasta enfermarse, aprender, conocer, disfrutar. Que nada importa, nada, solamente estar juntos otro día más. Más que un viaje, un desafío, más que un desafio, un sueño. Un laberinto de emociones donde nadie quiere encontrar la salida, pero al final como todo, siempre se termina.
BRC 2011
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