martes, 8 de junio de 2010


No hay una única manera de sentir amor, hay muchas, y para cada persona tiene un efecto diferente.
Está el amor obsesivo, aquel loco desesperado, a la persona lo domina una sensación predominante, el miedo, siente que esa persona es imprescindible en su vida. Tanto como el aire que respira, se necesita, cuando nunca elegimos necesitarla.
También está el amor melancólico, aquel que por frustraciones anteriores no cesó el corazón de sanar. Aquel que no deja sicatrizar las heridas de un pasado que no quiere ser olvidado.
Ese amor de familia, el más fuerte, el que perdura hasta el día de nuestra muerte. De éste amor nadie carece, todos amamos nuestra familia. Las personas con las que crecimos, las que nos marcaron el camino por el cual seguir, con quienes comenzamos a caminar hacia nuestro destino, que luego los caminos de la vida nos van separando, pero éste amor siempre es correspondido. Puede ser que no se lo demuestre, pero está, siempre está, en el fondo de un corazón que las cosas duras de la vida lo llenaron de niebla. Pero su presencia está, se nota, perdura y nunca muere.
Está el amor platónico, aquél que con una mirada, nos enloquece; con unas palabras, nos quedamos sin aliento; y un abrazo los graba para siempre en el corazón. Es ese amor que sabemos que no va a ser correspondido, pero no nos importa. En éste predomina el sentimiento de la Admiración o también el Asombro, por esa persona. Conocemos muy poco de una persona, pero sentimos que nos sabemos la vida. Luchamos con todas nuestras palabras, con nuestras lágrimas, y con nuestra voz, para defender a esas personas de las críticas ajenas, a pesar de no conocerlos, sentimos que merecen ser defendidos.
El tipo de amor más común, el que a veces se busca toda una vida, y no se encuentra. El amor. Sin necesitar de algún sustantivo, simplemente El amor. Esa conección que todos anhelan tener, a una persona, hasta que la muerte los separe. Es encontrar alguien, que te haga ver el mundo mágico, que ayude a descubrir las sorpresas de la vida, que te abra los ojos. Con quien la pasas bien siempre, hasta cuando estás mal. Quien te saca una sonrisa, con quien cada segundo agradecés esa compañía especial. Ésa persona que aparece para poder formar una familia algún día. Ésta clase de amor, es tan grande, que de él deriva el Amor de familia, al tener luego alguien a quien brindarle el buen ejemplo y la compañía que necesita. Es un amor, donde predominan todos los buenos sentimientos; la preocupación, la compañía, la alegría, la admiración, entre otros. Muchos se equivocan con este tipo de amor. No hay que buscarlo, está escrito en el destino de cada uno, con quién, cuando y dónde. Éste tipo de amor, lo encuentra a uno.
El amor no correspondido. Que dos corazones, no sientan lo mismo, no quiere decir que uno de ellos no esté enamorado. Éste amor es similar al platónico, pero en este caso, sí molesta no ser correspondido. Predomina la necesidad de recibir cariño, de recibir lo que se da. Se siente una fuerte necesidad de recibir afecto. Sin duda es el amor mas doloroso que se puede sentir. Pero no es incurable.
Finalmente, el amor más curativo de todos, nisiquiera necesita tener la palabra Amor. Aquí predomina el sentír que sos escuchado. Son personas varias, que van apareciendo en tu vida. Pero el tiempo de a poco, te va demostrando cuáles siempre fueron sinceras. Ayuda en los momentos de desesperación, en los momentos donde alguno de los otros estilos de amor, lastima. Siempre se encuentra para arreglar el daño, para sacar una sonrisa. Nunca se pierde, porque si era real, siempre persistirán a tu lado. Éste sentimiento, poco valorado, que muchos olvidaron, o que otros de su existencia no recuerdan, es la Amistad. El sistema de defensa del corazón, os glóbulos blancos del amor. El encargado de reparar, de sanar, de mantenerte seguro.
El más valioso.

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