Una mascota que es muy acosada, como es costumbre por una niña de tan solo 10 años, que lo revolea, lo sacude, lo hace interactuar con sus muñecos, hasta que el animal se satura y quiere rasguñar para defenderse e irse. Y ahí ¡Zas!; correctivo de la niña para el pobre animal por su agresión.
Hoy en día, doce años después, la niña es una joven, y esta mascota es su guardián. Ambos se acompañan, y el amor reina por sobre todo, como el respeto. Se nota en el brillo de los ojos de ambos el amor incondicional hacia el otro, que no se cambiaría por nada.
¿Qué ha pasado?
El tiempo. Tan malgastado y difamado por las personas... Es una oleada, son ventiscas de cambio.
El tiempo es magia. Transforma todo, absolutamente todo. Siempre es un avance en crecimiento. Es un regalo que nunca vemos. Es la prueba de que todo es posible.
Somos la prueba viva de que todo es posible, sin barreras.
Nada es un adiós total, nada es un para siempre. Todo se encuentra encerrado en la esfera infinita del tiempo que actúa siempre para bien.
Conforme el tiempo transcurre en mi vida todo aumenta proporcionalmente; puedo ver más amor a mi alrededor, aprendí mucho más, como hoy esta lección.
Basta de desilusiones y de extrañar; todo vuelve a aparecer, nada se desintegra...
Todos estamos juntos bajo este cielo estrellado llamado tiempo, todos estamos mas cerca de lo que percibimos.
