Todos los discursos de mi misma que dicen que valgo más, que no vales ni la mitad de mis penas.
Que no caiga en ésta, que de vuelta en la esquina y termine derecha.
Esos consuelos de mis canciones que dicen que te llore hasta la última gota de mi cuerpo, para que no quede registro alguno de que te conocí y pueda olvidarte .
Eso de decir "no es tan difícil";
todos mis discursos, mis monólogos, mis consuelos, todos se caen con solo leer tu nombre en mi pantalla.
Y mi mente nuevamente en blanco, una hoja en blanco para llenar de arte, mi arte.
Comienzan a caer palabras, frases, ideas locas, locuras,
locuras plagadas de un amor idiota, el cual me gobierna,
en todo lo relacionado contigo.
Y me siento estúpida, otra vez, idiota, terca, tonta, ingenua.
Y no sé si es amor,
y catalogarlo es lo que menos me importa.
Entonces es cuando pienso, quizás no vas a ser el principe de mi cuento, no, pero tal vez estas destinado a ser
mi error.